miércoles, 29 de junio de 2011

¿Cuál sería tu respuesta si te dijera que podés transformar tu vida...

...usando una herramienta que aprendiste en primer grado? Naaaaa, ¡imposible!
Sí, escribir de cierta manera, puede cambiarte. De hecho, si querés que siga todo como está, no intentes lo que te voy a proponer.
Ingredientes:
Hoja de papel
Lápiz
Goma de borrar
Receta:
Elegí el progenitor o pariente que más rabia te dé. Literalmente. Dividí la hoja en dos trazando una línea de arriba hacia abajo. Te tienen que quedar dos columnas. En la de la izquierda, hacé una lista de todo lo que te molesta (un rasgo por línea). No pares hasta que hayas agotado todo lo que te esgunfia de esa persona. Vale poner frases enteras como "me ignoraba para castigarme", aunque es preferible realizar el esfuerzo de sintetizarlo en una sola palabra como "manipuladora" o "vengativa", o "indiferente".
Cuando hayas terminado, y si necesitás tranquilizarte, respirá profundo y apoyá tu mano derecha sobre el corazón. Con la mano ahí, concentrate en tu respiración y visualizá el aire entrando  y saliendo directamente de tu pecho, como si pudieras respirar por los poros. Cada vez que inspirás pensá "Amor", "Compasión", o cualquier otra palabra amorosa que te surja. Hacé esto por dos minutos y medio como mínimo.
Mañana te cuento la segunda y última mitad del ejercicio. Y te explico qué cambios fisiológicos ocurren en nuestro cuerpo cuando apoyamos la mano en el corazón y respiramos la palabra "amor".

No hay comentarios:

Publicar un comentario