jueves, 2 de septiembre de 2010

El barro textual

Llamo barro al material que luego uso para escribir. Un nombre más conocido para lo mismo es "borrador". Es lo que sale al principio cuando nos disponemos a escribir. Todos los escritores hacen barro primero. Una de las trabas principales para escribir es que creemos que "los escritores de verdad" se sientan, toman la pluma o el teclado y arrancan con una frase genial, redondita y terminada. Cuando esto no ocurre, largamos todo o si estamos obligados a entregar algo o mandar ese mail, nos forzamos a escribir una versión desecada, gris e inanimada de lo que teníamos para decir.
El mito implicaría que por ejemplo Sarmiento, se sentó frente al papel en blanco, y de una y sin dudar redactó: "Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo". Lo más probable es que el discutido prócer haya intentado el arranque varias veces hasta lograr la poderosa frase inicial. Si se hubiera exigido hacerlo de una, nunca lo hubiera escrito. Pero si sólo nos proponemos escribir un barro, del que luego extraeremos pepitas de oro y perlas, el Editor Interno se distrae con otra cosa y nos permite avanzar y expresarnos. Hay muchas maneras de distraer al Editor y lograr que espere su turno. Esta es una de ellas.




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